¡Hola, hola! ♥ He vuelto por aquí con un buen motivo, y es que ¡quedan dos meses para que salga a la venta mi nueva novela! Milagro en Rovaniemi llega a todas las librerías el próximo 13 de noviembre gracias a Matchstories (Grupo Planeta). Si me sigues en redes sociales, es probable que ya conozcas la mayoría de detalles que hemos revelado… de momento, claro 🤭.
Aun así, y como por aquí me gusta hablar de tú a tú, quería aprovechar para contarte cómo ha sido escribir una novela navideña. Parece que no, pero, aunque el proceso de escribir cada libro siempre es diferente, el de ceñirse a una temática tan marcada como la Navidad ha hecho que la escritura de Milagro en Rovaniemi difiera especialmente de novelas anteriores. Esta oportunidad llegó a mi vida de un día para otro y yo, que siempre he sido bastante de impulsos e intuición, no dudé en aceptarla. Luego llegó el darse cuenta de que por aquel entonces estábamos en febrero, la Navidad acababa de terminarse y aunque mi mente ya no estaba pensando en villancicos, de alguna manera tenía que conseguir sumergirme en el ambiente festivo durante el resto del año para escribir una novela.
La lluvia de ideas fue muy divertida, pese a que de primeras se me ocurrieron un montón de tramas disparatadas que no terminaban de convencerme del todo. Entré un poco en pánico, porque lo más importante para mí era contar una buena historia. Un libro que me llenase escribir. No estaba dispuesta a narrar lo primero que se me pasara por la cabeza, sino que quería transmitir algo; un mensaje importante que, pese a estar rodeado de galletas de jengibre y adornos, pudiera calar en cualquier momento del año.
Fue entonces cuando me dije a mí misma que, si iba a escribir un libro navideño, quería que uno de los personajes tuviese una implicación directa con las fiestas. ¿Y qué mejor relación que trabajar para el mismísimo Papá Noel como uno de sus elfos? Así aparecieron Leevi y su trabajo en SantaPark, que me llevaron hasta Rovaniemi de golpe y porrazo.
No te voy a mentir: le di muchas vueltas a si ambientar o no una novela en Finlandia. No estaba segura de que fuera la idea más sencilla teniendo en cuenta las fechas de entrega tan marcadas que tenía y que debía compaginar todo esto con mi último cuatrimestre de la carrera. Situar una novela en Rovaniemi suponía documentarse mucho y adentrarse en una cultura que, hasta entonces, no había estado en mi punto de mira. Los astros parecieron alienarse, sin embargo, cuando dos amigos muy cercanos (¡Hola, Fran!, ¡Hola, Katia!) me dijeron que habían estado viviendo en el país una buena temporada, lo que me animó a hablar con ellos de la cultura de allí. Aprendí mucho a través de sus palabras, que lograron inspirarme por la belleza y cariño con el que describían el lugar y, sobre todo, aprendí a dejarme llevar.
Lo que improvisas puede ser mucho mejor que lo que habías planeado.
Esa fue una de las lecciones que me dejó Milagro en Rovaniemi.
Suena muy cliché decir que «una novela salió sola», pero, por inverosímil que parezca, fue justo eso lo que sucedió con Milagro en Rovaniemi. Empecé a pasarme incontables horas en Google Maps para explorar los escenarios de la novela (no sé qué pensaron mis compañeros de clase al verme absorta en paisajes nevados a mediados de marzo; mínimo, que se me había ido la cabeza). Me sumergí de lleno en una historia que parecía que siempre había existido y que yo solamente tenía que limitarme a escribir. Leevi fue un personaje que me conquistó desde el primer momento, con su buen corazón y gestos románticos, pese a no ser un chico de muchas palabras… Y Auri, ay, Auri. Me ha enseñado tantas cosas que no hay espacio en esta newsletter para escribirlas todas, pero lo más importante fue ver gracias a ella que la vida da segundas oportunidades. Que el ser valiente y arriesgarlo todo asusta (sobre todo si, como Auri, una se va a vivir a la otra punta del mundo para perseguir su mayor sueño), pero merece la pena. Que amar con el corazón en la mano siempre equivaldrá a triunfar y, por encima de todo, que las mejores historias se esconden donde menos te lo esperas.
Por esto y por mucho más me muero de ganas porque leas esta novela. Solo quedan dos meses para viajar a Rovaniemi de la mano de estos personajes tan especiales y qué puedo decirte; estoy aterrada, pero también ilusionada. Es una mezcla curiosa, pero Auriy Leevi me han enseñado que está bien sentir ambas cosas; ojalá tú también lo sientas cuando los conozcas. ♥
Por lo pronto, me despido recordándote que la preventa está activa, así que ya puedes hacerte con Milagro en Rovaniemi en cualquier plataforma y en tu librería de confianza. Te dejo por aquí el link de compra y justo a continuación la sinopsis… ¡que en nada nos vamos a Finlandia!
El romance navideño que te abrazará el corazón.
Auri llega a Rovaniemi con el sueño de dedicarse a la repostería y vivir una Navidad mágica en la ciudad de Papá Noel. Ni siquiera el frío intenso ni el estar lejos de su familia y de su novio consiguen apagar la ilusión que brilla en sus ojos al enfrentarse a esta nueva aventura.
Lo único con lo que no contaba era con compartir piso con Leevi, el chico más huraño de toda Finlandia.
Leevi se ha encerrado en sí mismo desde que perdió a sus padres, y ni siquiera la perspectiva de trabajar como elfo de Papá Noel parece devolverle la magia de las fiestas. Al menos, no hasta que Auri idea una lista de planes navideños con la intención de facilitar la convivencia entre ellos durante el invierno. Y, desde luego, no hasta que Leevi quiere devolverle el favor enseñándole todos los rincones escondidos del país que los dos aprenden a considerar su hogar.
Descubre el verdadero significado de la Navidad con un romance situado en la ciudad más mágica del círculo polar ártico.