Me hace mucha ilusión pasarme por aquí de nuevo, y es que ¡solo queda UN MES para que Milagro en Rovaniemi llegue a librerías! No sé si se me notan los nervios, pero ¡yo estoy súper emocionada! Tengo MUCHAS ganas de que conozcas a Auri y a Leevi, sí… pero también a los personajes secundarios, que son los que suelen robarse el show. ¿Pasará también eso en esta novela? Qué ganas tengo de que me cuentes tu opinión, jejeje. 🤭
Ahora que ya solo queda un mes para la publicación del libro y estamos preparando la promoción orientada a redes sociales, pronto sabrás más cositas sobre los personajes que son el corazón de este libro, algunas curiosidades, mis frases favoritas… ¡Y no solo eso! También puedo adelantarte que ya hemos cerrado firmas y eventos para lo que queda de año y también para 2025. Todavía es pronto para contarte las fechas y los detalles, pero sí puedo adelantarte que tengo muchas ganas de viajar… y que espero verte en alguno de estos encuentros, claro ♥.
Además, ¡hemos preparado tote bags de la novela para sorteartanto por redes como en las firmas! Las enseñé hace poco en Instagram y TikTok, pero es que no pueden parecerme más bonitas.
No… Cancún no viene con la tote bag.
(¿Pero verdad que es monísimo?)
Hay varias sorpresas más que nos guardamos bajo la manga para revelarlas durante las próximas semanas, pero antes de despedir esta newsletter, me gustaría regalarte algo: ¡El prólogo de Milagro en Rovaniemi! Es muy cortito, así que no panic, pero creo que es una buena manera de que empieces a conocer al grumpy por excelencia de este libro: Leevi Nieminen.
Antes de despedirme y dejarte con el prólogo en cuestión, te recuerdo que acabo de subir un reel en el que varios de mis amigos (¡que también son autores!) reaccionan a él y cuentan sus primeras impresiones, por si te apetece fangirlear en compañía en comentarios o responder a este email contándome qué clase de vibes te transmite el inicio de la novela.
¡Nos leemos pronto! Solo queda un mes (¡UN MES!) para que por fin esta historia llegue a librerías, así que ¡ojalá me acompañes en esta nueva aventura! ♥
PRÓLOGO
Después de días posponiéndolo, por fin abro el sobre que el cartero dejó en el viejo buzón que hay frente a la puerta de casa y que ahora mismo tiembla, congelado, debido a la tormenta que se cierne sobre Rovaniemi.
«El código de los elfos», reza el título del impreso que despliego. Está escrito con unas florituras que hacen que las palabras sean casi ilegibles. Me muerdo el labio inferior para reprimir las ganas de soltar una carcajada irónica, porque menudas cursiladas se hacen hoy en día, y sigo leyendo:
La antigua orden sagrada de los elfos ayudantes de Papá Noel se suscribe al siguiente código ético, que rige todo comportamiento, actitud y creencia para poder desarrollar en su totalidad el verdadero espíritu de la Navidad en el corazón.
❅ Caridad: un elfo, ante todo, es caritativo y se preocupa por las necesidades de los demás.
❅ Servicio: un elfo está dispuesto a ser servicial y a adquirir cualquier habilidad requerida para ello, además de a trabajar tan duro como sea preciso para extender su beneficencia a los demás.
❅ Responsabilidad: un elfo…
No me interesa saber qué más criterios piden para el puesto que me he prometido aceptar. Además, creo que si leo la palabra elfo otra vez querré arrancarme los ojos con una cuchara, así que arrugo el papel y lo lanzo hecho una bola a la chimenea que hace tiempo que dejó de alumbrar realmente el salón familiar. Ya no hay calor entre los ladrillos de esta casa, por lo que me limito a observar cómo las llamas consumen la serie de estúpidos requisitos hasta las cenizas.
«Ni de coña voy a ser parte de este teatrillo», me digo a mí mismo, a pesar de saber que no tengo otra opción. No si quiero honrar la palabra que les di a mis padres hace mucho, aunque esta ya no valga nada, porque nadie se asegurará de que la cumplo. Incluso sin la necesidad de vocalizar mis pensamientos puedo sentir el desdén que rezumo, y no me arrepiento lo más mínimo. Sé que varios en Rovaniemi me pintan peor que al Grinch, pero nunca me ha importado demasiado lo que otros opinen de mí.
Y este año, por mucho que vaya a empezar a trabajar como uno de los elfos de Papá Noel, no será una excepción.